Carboneras

Esta primavera leí un libro titulado "Carboneras" de Aitana Castaño. Trata sobre la vida de las carboneras en las minas de Asturias. Las carboneras eran las que hacían la selección del carbón, separando lo bueno de lo malo, una vez extraído. Si la situación de los mineros era mala la de estas mujeres era aún peor. Además de tratarse de un trabajo muy físico tenían que soportar el ninguneo de la empresa, sus jefes y capataces, los abusos de la guardia civil,  pero también de sus propios compañeros mineros que entendían esa función como menor, por ser menos arriesgado que el pozo y también peor pagado. 

Las carboneras eran en realidad mujeres de mineros que complementaban el sueldo, viudas de mineros accidentados que pedían auxilio a la empresa y mujeres que no podían encontrar trabajo en otros sectores por mala reputación (mujeres de sindicalistas o maquis, madres solteras, etc). Además de este trabajo duro tenían que muchas veces complementarlo con otro (en una tienda, cosiendo, etc) y por supuesto, sacando la casa y sus hijos adelante. 

Entre estas carboneras hay toda clase de ideologías, creencias y formas de entender la vida pero todas ellas son sepultadas por el carbón. Da igual que seas beata, comunista, sindicalista o no sepas que pasa en el mundo, las penurias son para todas igual. 

Viven el día a día sin mayor esperanza que mañana tener algo que llevarse a la boca. Para ellas cualquier proceso de cambio aunque a la larga pudiera ser a mejor las trastoca. Por ejemplo, cuando hay una huelga de los mineros ellas también tienen que dejar de trabajar sencillamente porque no hay carbón que seleccionar. Da igual que estés a favor o en contra, tu parón es forzado y tu situación empeora tanto si estás casada como si no porque es muy probable que tu marido esté en huelga también. 

La especial vulnerabilidad de estas mujeres (especialmente las viudas o las que tienen mala reputación) hace que sufran abusos por parte de las autoridades. El mismo guardia civil que aporrea a un minero en un interrogatorio o en una huelga abusa sexualmente de ellas sin que nadie mueva un dedo. Esos abusos son especialmente duros por sabidos por todos pero silenciados, no hay nada que denunciar y nadie te dará su apoyo porque nada va a cambiar, si a caso extenderse estos abusos.

El libro te ofrece una visión de la minería desconocida, la de esas mujeres que no aparecen en las fotos antiguas de las fotos, los carteles sindicales ni los museos dedicados a la minería que pueden visitarse, donde el hombre es predominante y la mujer solo aparece en el papel de esposa.