La formación de empleados y unidades para la elaboración de los Presupuestos de género Ayuntamiento de Madrid

Dentro de las Directrices para la aplicación de la transversalidad de género en el Ayuntamiento de Madrid encontramos los criterios de aplicación del enfoque de género. La integración del enfoque de género en las políticas de gastos e ingresos integra los conceptos elaboración, ejecución y evaluación. El Ayuntamiento de Madrid es uno de los primeros dentro de las administración local que incorpora el enfoque de género en sus presupuestos públicos avanzando en el compromiso de desarrollo y evaluación de impacto de género en los mismos. 

Como es de imaginar para llevar a cabo estos objetivos además de la norma hay que capacitar en este caso a los funcionarios que la deben llevar a cabo. Esto pasa por un plan específico para el personal municipal en una materia nueva para ellos y en ocasiones compleja. Los funcionarios tienen que cambiar el "chip" con el que han estado funcionando durante años y eso exige formación. La encargada de asesorar a trabajadores son las unidades de igualdad de oportunidades. Éstas facilitan la información y su análisis en cooperación como no podía se de otro modo con el área responsable de elaboración, ejecución y evaluación de presupuestos. Para todos ellos se incorporan al plan municipal de formación cursos útiles en este sentido. 

Para ofrecer esta formación también hay que tener en cuenta a los formadores. Los empleados que dan la formación a su vez tienen que ser formados en esta materia. Nadie duda de sus capacidades para desgranar los presupuestos pero otra cosa es hacerlo con fundamento de género. Para este fin fueron formados por expertos en la materia. 

Otra pata importante en este tema es el trabajo de cada una de las unidades de gestión. Estos órganos gestores deben realizar memorias de cumplimiento de objetivos de igualdad una vez finalizada la fase de ejecución presupuestaria según instrucciones dadas. Deben apuntar los objetivos de igualdad en los que se ha avanzado a través de la puesta en marcha del programa presupuestario, pudiendo ser objetivos que estaban implícitos o no en los propios objetivos presupuestarios o bien pueden ser objetivos en los que se ha avanzado a través de los distintos tipos de actuaciones que se han desarrollado en el ejercicio.

Llegados a este punto tenemos a funcionarios, formadores y unidades capacitadas sin las cuales cualquier esfuerzo en este sentido sería baldío. Cuántas veces se ha desarrollado normativa en cualquier aspecto que se ha quedado en papel mojado ante la incapacidad de trabajadores y gestores de saber lo que tienen entre manos. 

Como comprenderán estos objetivos no lleva a cabo en un año, hay que superar barreras psicológicas, administrativas y de todo tipo. Mejorar cada año incorporando nuevas tareas o cambiando las anteriores a la vista de los resultados. Y ahí entramos en el último punto. 

La evaluación de estos planes a través de informes de cumplimiento de objetivos. A través de este instrumento se ve avances notables en materia formativa. Entre los puntos a continuar estaría los cursos para formadores, la creación de nuevos cursos y la adaptación de los existentes para los empleados. 

Otra cosa es lo que no se ve (en este caso lee). La penetración de estas ideas entre trabajadores, formadores y unidades. Entre estas destacaría las resistencias personales (relacionadas muchas con la ideología de cada persona), la resistencia al cambio (que tiene que ver con la dificultad para atender aspectos nuevos en el trabajo) y la sensación predominante todavía de que estas cosas no son muy importantes, que lo importante es que cuadren los presupuestos y que todo esto de los presupuestos de género es un trabajo añadido que no va a ningún lado. También sería importante que estas personas entendieran que son medidas destinadas a quedarse y no como ahora que dependen del signo político cambiante del Ayuntamiento. 

Este es el trabajo a continuar. Que estas medidas vayan penetrando poco a poco en trabajadores y unidades no ya como una ocurrencia de los políticos de turno sino como un servicio a la sociedad. Un trabajo a medio y largo plazo en la que no conviene dar un sólo paso atrás.